Antes que nada, vamos a explicar las causas que lo provocan. El sol y la oxidación son los principales enemigos de los faros. Aunque estos son muy resistentes a arañazos e impactos, al estar hecho de polímeros termoplásticos acusan el paso del tiempo y la exposición al sol.
Su material ligero y moldeable permite que pase la luz de las lámparas, pero cuando este ha envejecido se amarillea e incluso de se vuelve tan opaco que no deja pasar ni un haz de luz.
Y no se trata solo de una cuestión estética. Unos faros en mal estado influyen directamente en tu seguridad al volante, ya que te permitirán circular con una visibilidad mejor o peor. Y no solo eso, permitirá que el resto de conductores te vean.
Lavar el vehículo de forma constante es muy importante para prevenir un envejecimiento prematuro del plástico de los faros. Si se acumula la suciedad puede deteriorar de forma rápida los faros y reducir su vida útil.
Los cambios bruscos de temperatura, que también afectan a la carrocería, son causa de un deterioro de los faros de los coches.
En todo caso, antes de un cambio de carcasa, existe la posibilidad de llevar a cabo un pulido de faros para devolverle su transparencia original. Este trabajo es importante que lo lleve a cabo un taller especializado para conseguir un buen resultado.
El pulido lo que hace es erosionar la capa superior mediante lijado, por lo que no hacerlo de forma correcta puede suponer el cambio obligatorio de la carcasa.
En Talleres Carslook nuestro equipo de profesionales valorará los daños y decidirá cómo y cuánto hay que lijar. Normalmente cuando se termina el proceso se aplica una capa de barniz o sellador para proteger el resultado y que éste sea duradero.